27 de agosto de 2014

La LGTBIfobia y la ignorancia


La pasada semana el periódico HOY publicaba una carta donde se deslizaban varias mentiras y mucho contenido cargado de LGTBIfobia. Las personas homófobas, al igual que las racistas o las machistas, pretenden que sus proclamas de odio e intolerancia sean meras cuestiones de "opinión" y, envueltas en victimismo, se consideran "perseguidas" cuando se promueven legislaciones para garantizar la no discriminación por razón de sexo o identidad sexual. Algunas de estas personas quisieran "curarnos", rememorando aquel franquismo donde se nos encarcelaba y se nos sometía a torturas psicológicas y físicas porque la dictadura entendía que la atracción por una persona de igual sexo era una enfermedad. Miles de personas se suicidaron entonces y otras miles se vieron obligadas a esconderse y vivir una ficción, haciéndose daño a sí mismas y a sus familias. Hoy se ha admitido finalmente que la homosexualidad no es una enfermedad y quienes patrocinaron las "curas" han reconocido el daño que produjeron por prácticas que tenían poco que ver con la medicina y mucho con el odio. Lástima que algunos sigan añorando al franquista Vallejo-Nágera quien defendía la "inferioridad mental de las personas de ideología marxista".

La homosexualidad no supone vivir desordenadamente y ningún estudio científico avala esa conclusión, salvo que queramos convertir la ignorancia particular en ciencia general. Y es que sucede habitualmente que la persona homófoba es una ignorante movida por el odio al diferente. No saben nada. Nada conocen. Más les valdría aplicarse el consejo de Wittgenstein "de lo que no se sabe es mejor no hablar" dirigido a todas aquellas personas dispuestas a dar una opinión, generalmente estúpida, sobre asuntos de los que no tienen ni la menor idea.

Víctor M. Casco (diputado de IU Extremadura), Ángela González y Pablo Iglesias F. (cocoordinadora y cocoordinador del Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de IU Extremadura).